TAILANDIA

04.05.2018

Tailandia es un destino de moda, y los motivos no son pocos: ofrece paisajes de playa y montaña espectaculares, la religión budista es muy especial, es un país muy barato y la comida está riquísima :)

Nosotros estuvimos en el mes de Marzo (época seca y por lo tanto temporada alta) y no sentimos agobio en ningún lugar excepto Bangkok y algunas islas del sur. En el resto del país nos sentimos bastante tranquilos y relajados, tanto que quedamos enamorados de Asia y no tardaremos en volver.  

Empezamos

¿Qué saber antes de viajar a Tailandia?

  • ¿Es necesario solicitar visado? ¿Y vacunarse?
  • ¿Qué moneda se usa y qué idiomas se hablan?
  • ¿Qué lugares visitar y cómo moverse?

VISADO Y VACUNAS

Si eres español y pretendes visitar el país por no más de 30 días entonces NO necesitas solicitar ningún tipo de permiso. Si tu idea es pasar más de 30 días en el país, entonces debes dirigirte a la página web de la embajada y solicitar un visado especial.

En cuanto a las vacunas, no existen vacunas obligatorias para españoles. Puede que para ciudadanos de otros países (especialmente Sudamericanos y Africanos) exijan la presentación de la cartilla de vacunación contra algunas enfermedades como la fiebre amarilla. A pesar de todo, nosotros decidimos vacunarnos contra la Hepatitis A ya que es de muy fácil contagio (a través de alimentos y bebidas contaminadas). En nuestro caso, como viajábamos desde Australia tuvimos que pagar unos 100 AUD por la vacuna en un centro de vacunación internacional. 

Si viajas desde España basta con que pidas cita (https://www.msssi.gob.es/sanitarios/consejos/vacExt.do) para recibir tu vacuna y asesoramiento para el viaje en uno de los centros de vacunación internacional.  También puedes solicitar cita con tu médico de cabecera para que te recete la vacuna y luego acudir al centro para que te la administren.

MONEDA E IDIOMA

La moneda oficial tailandesa es el Baht (THB), cuya equivalencia es 1 THB=0,026 €. Nosotros hicimos el cambio de divisa en el mismo aeropuerto de Bangkok, cambiamos unos 200 euros cada uno y nos sobró dinero después de todo un mes en el país. Obviamente todo depende del tipo de viajero que seas, si buscas lujo pagarás más. Si por el contrario lo que quieres es disfrutar del país y sólo te importa tener un sitio cómodo donde dormir entonces gastarás bien poco. Ya te darás cuenta de lo barato que es y de todo lo que puedes hacer por poco dinero. Eso sí, ten en cuenta que al tratarse de un país con mucho turismo, los negocios tratan de aprovecharse al máximo y muchas veces intentan cobrar precios muy elevados a los turistas. No te dejes engañar. 

En cuanto al idioma, el tailandés es una lengua muy diferente a la nuestra y melodiosa. Seguro que acabarás aprendiendo algunas palabras o frases como "gracias" que se pronuncia "Kawpkoon". Una vez más y debido a la afluencia de turistas extranjeros, los tailandeses entienden y hablan inglés sin gran dificultad por lo que podrás comunicarte con ellos sin problema. Eso sí, limítate a palabras clave para hacer la comunicación más clara y fluida.

LUGARES DE INTERÉS Y CÓMO MOVERSE

Para moverse por Tailandia la mejor opción es el transporte público o los tuk-tuk (carromatos de 3 ruedas típicos del país). Si vas a moverte de una ciudad a otra lo mejor es tomar un autobús o incluso un avión cuando las distancias sean muy largas. Por otra parte, para moverte dentro de las ciudades la opción más cómoda es hablar con uno de los muchos conductores de tuk-tuk que encontrarás, fijar un precio y que te lleve a donde desees. Dicho esto, empezamos con la ruta que nosotros seguimos y que incluye visitas obligatorias si visitas Tailandia.

  • Bangkok > Ayutthaya > Sukhothai

Llegamos a Bangkok de noche, después de unas 10 horas de vuelo desde Melbourne. El cansancio no nos dejó energía más que para cambiar dinero y coger un taxi (de los oficiales, amarillos, situados a la salida del aeropuerto) directo al centro de Bangkok donde se situaba nuestro hotel Four Sons Place. El trayecto duró una media hora y nos costó cerca de 10€. El hotel no era gran cosa, pero estaba muy bien situado ,era cómodo y ofrecía un buen desayuno. Nos costó 15€/noche. 

Al día siguiente, después de descansar bien, salimos a descubrir la capital tailandesa. En nuestra ruta a pie improvisada encontramos mercados y diversos templos dignos de admirar. En Bangkok (y en prácticamente todo el país) encontrarás restaurantes típicos con comida tailandesa en lo que puedes comer por 1€ y restaurantes o cadenas adaptadas al turismo que ofrecen menús occidentales a precios más altos. Todo depende de tus gustos. A nosotros nos encantó la comida tailandesa: noodles, arroz, verduras, sopas, gambas, frutas, mango rice..

En nuestro segundo día en la ciudad decidimos pagar a un conductor de tuk-tuk para que nos hiciera un recorrido por los templos más conocidos de la ciudad. Para nuestra sorpresa, una de las paradas fue una agencia organizadora de tours con las que (después supimos) muchos conductores tienen acuerdos. Por suerte, no caimos en sus multiples ofertas y decidimos esperar a llegar a Chiang Mai/Krabi para contratar tours.

En general Bangkok no nos gustó mucho, había muchísima gente, un tráfico de locos, mucha contaminación y los templos y paisajes no eran nada espectaculares si los comparamos con otros al norte del país. Por ello, te recomendamos que si tienes que recortar días de algún sitio sea de la capital.


Después de nuestra segunda noche en Bangkok, cogimos un taxi hacia la Estación de Autobuses de Mo Chit desde donde parten autobuses cada 20 min a Ayutthaya. Puedes comprar los billetes en la misma estación por 6 o 7 €. 

Una vez en la estación de Ayutthaya llegamos a pie a nuestro hotel Baan Are Gongo Riverside Homestay en donde dormimos por 10 €/noche. Era un hotel muy tradicional, hecho de madera con habitaciones muy rústicas y pegado al río desde donde salían los "cruceros" para visitar los templos de la ciudad. Después de instalarnos y comer algo por la zona decidimos coger uno de estos tours en crucero que te llevan a 4 templos cercanos al río. Fue un paseo muy bonito ya que no sólo disfrutas de los templos sino que además ves a la gente en las terrazas de sus casas, niños jugando en el río, animales salvajes.. Realmente recomendable. Los templos de Ayutthaya: espectaculares. Algunos modernos y otros más viejos. Nosotros nos quedamos con los antiguos. 

Algo que verás por todo el país y te sorprenderá son las ofrendas que hacen los budistas a su Buda: comidas, bebidas, flores, velas..


Al día siguiente volvimos a la estación de autobuses y compramos los billetes para Sukhothai. Esta vez el autobús era un poco más grande ya que el trayecto es más largo (6 horas) y la frecuencia de salida es más baja (cada hora/hora y media). El precio es también de unos 6 o 7 euros por persona. Cuando llegamos a Sukhothai decidimos ir en moto hasta nuestro hotel (había un grupo de moto-taxistas en la estación que se ofrecían a llevarte). La verdad es que esto me dio un poco de miedo pero al final todo fue bien, los moto-taxistas fueron muy correctos y nos dejaron a los dos en la puerta del hotel donde descansamos hasta el día siguiente.

Nuestro hotel EZ House (13€/noche) se situaba en el "centro nuevo" de Sukhothai que es donde se encuentran los restaurantes, mercados y la mayoría de los hoteles. El dueño del hotel fue súper amable con nosotros y nos ayudó muchísimo con todas nuestras dudas. Para llegar desde el centro nuevo hasta el centro histórico basta con que te acerques a la carretera y esperes a que pase uno de los maxi tuk-tuk que hacen el recorrido al centro antiguo durante todo el día. Estos tuk-tuk funcionan a modo de autobús urbano, lo que significa que los compartirás con más gente y por ello son aún más baratos que los pequeños. 

El centro histórico que contiene todos los templos de la ciudad es bastante grande así que puede recorrerse en bici o a pie si tienes tiempo y ganas de andar. Para entrar tienes que pagar una entrada no muy cara que te da acceso a la mayoría de los templos. Aunque da rabia que cobren por la visita, realmente merece la pena si a cambio los mantienen limpios y cuidados como estos.


  • Chiang Mai (Pai)

Después de pasar 2 noches en Sukhothai, volvimos a la estación de autobuses para tomar un autobús nocturno a Chiang Mai. Verás que existen diversas categorías de autobuses para ir a Chiang Mai (desde los más básicos hasta los VIP). Incluso los VIP son baratos (10 €) pero solo sale uno al día y es de madrugada. Los de primera y segunda clase salen con más frecuencia. Nosotros tomamos uno VIP y valió la pena porque son súper cómodos, con mucho espacio y además te dan una cajita con snacks y bebida de soja. El viaje duró cerca de 6 horas.

Cuando llegamos a la estación de Chiang Mai tomamos un tuk-tuk para llegar a nuestro hotel en el centro, el Just Chill Inn. Tuvimos suerte de que la encargada del hotel nos dejara hacer el check-in tan temprano y pudimos subir a la habitación a descansar un poco antes de salir a conocer la ciudad. 


Chiang Mai nos gustó mucho. Había un ambiente muy divertido, la gente alegre, muchos mercados con comida riquísima, restaurantes típicos por todas partes, el río y los templos todo accesible a pie. 

En uno de nuestros paseos por la ciudad encontramos una pequeña agencia con una chica muy simpática que ofrecía tours a Pai con visita a aldeas, cascadas, parque de elefantes y rafting. Nosotros buscábamos un tour en Pai que nos permitiera estar en contacto con los elefantes de alguna forma. Recuerdo que le comenté a la chica que quería bañar a los elefantes en el río, no buscábamos los típicos tour en los que los elefantes se convierten en tus eslcavos sino al revés. Al parecer este parque los cuidaba bien...o eso parecía. Finalmente decidimos contratar un paquete de 3 días/2 noches por 45€ por persona. Este tipo de tours puedes contratarlos estando en Chiang Mai sin problema, verás que hay mucha oferta y publicidad al respecto.

A la mañana siguiente nos recogieron en el hotel para comenzar la ruta. En el 4x4 que nos llevaba coincidimos con una pareja de brasileños que se convertirían en grandes compañeros de viaje y quienes en la actualidad son unos de nuestros mejores amigos. Renata y Fabio. 

Nos reunimos con el resto del grupo en la montaña, donde una parte decidió ir a visitar la aldea de los long-neck (mujeres con anillas en el cuello) y otros visitamos una fábrica de papel a partir de caca de elefante (sí, has leído bien). La verdad es que a mi me gustó mucho y hasta me animé a ayudar a una de las trabajadoras a teñir una de las masas de papel. 

Después de la visita nos llevaron a  una especie de refugio en donde nos presentamos  y comimos antes de comenzar a caminar. Esta ruta fue un poco dura especialmente por el calor húmedo que hacía, pero el paisaje era único. Una selva frondosa con zonas repentinas de prados y ríos, árboles inmensos, montañas.. Así fue como llegamos al campamento de los elefantes donde pasaríamos la noche en una cabaña con colchonetas en hilera y mosquiteras. Los servicios eran también cabañas con una especie de grifos que funcionaban como ducha. Después de instalarnos nos pusimos los bañadores y nos fuimos todos al río con los elefantes a bañarlos, ¡yo estaba encantadísima!. Fue una sensación un tanto salvaje la de estar en un río compartiendo el agua con tremendos animales a tu lado. Las crías gozaban más que nadie y no paraban de sumergirse en el agua. ASOMBROSO.


Después del episodio idílico en el río nos fuimos todos a la ducha, cenamos y nos pusimos a cantar y hablar alrededor de una hoguera que hicieron los guías. ¡Otra experiencia inolvidable!

Sin embargo, al día siguiente antes de continuar nuestra ruta hubo algo que no me gustó nada: pusieron a uno de los elefantes pequeños a hacer chorradas como mantenerse sobre una sola pata. Esto es un tema muy delicado y polémico, en mi opinión el ser humano tiene la capacidad de ayudar mucho a estos animales pero también puede sobrepasar el límite y llegar a utilizarlos por su propio interés lo cual en ocasiones tiene consecuencias nefastas como el castigo y maltrato animal. Me consta que en Tailandia y otros países Asiáticos existen muchos centros que realmente trabajan PARA los elefantes y los cuidan y protegen sin maltrato. Pero también me consta que existen otros en los que solo los utilizan para sacar dinero..

Continuamos caminando con todos nuestros bártulos hacia el siguiente campamento, esta vez en lo alto de una montaña en donde vive una pequeña población de tailandeses y que se encuentra muy cerca de la frontera con Laos. Esta caminata fue aun más dura porque había que subir bastante y el calor no aflojaba (una imagen vale más que mil palabras..). Paramos en un pequeño riachuelo para comer y continuamos hasta llegar al pequeño pueblo con las cabañas donde nos quedaríamos en comuna de nuevo. 


Esa noche, después de cenar salimos a contemplar el cielo y el paisaje cuando de repente empezó a oler a fuego y comenzamos a ver llamaradas asomar por los árboles. Todos estábamos super alarmados mientras nuestro guía no hacía más que reírse..resulta que algunas noches queman parte del terreno para "renovar la tierra" con intenciones de optimizar los cultivos. Después del susto nos fuimos a dormir.

Bien temprano por la mañana comenzamos el descenso hasta una cascada donde algunos nos dimos un baño refrescante antes de continuar hacia el río caudaloso donde haríamos rafting (vaya aventura). Durante el rafting la balsa se quedaba atascada de vez en cuando en las rocas y teníamos que ponernos todos a tirar para no caernos, un poco locura pero divertido. Esa fue la ultima actividad antes de volver a nuestros hoteles en Chiang Mai.


  • Krabi

Para llegar a Krabi desde Chiang Mai la mejor opción es coger un avión (Thai lion air ofrece vuelos bastante baratos) y ahorrarse horas de viaje innecesarias. Nosotros, ingenuos, fuimos en avión hasta Bangkok y luego cogimos un autobús nocturno (también vip) hasta Krabi. Para ellos tuvimos que ir en metro desde el aeropuerto hasta el centro y luego pagar un tuk-tuk que nos llevara a la estación desde donde salían los autobuses a Krabi. El tráfico era una auténtica locura. Lo único bueno de ir en autobús es que puedes ver el cambio progresivo del paisaje, que comienza a transformarse en una especie de jungla, con carreteras que parecen diminutas al lado de las grandes montañas verdes que caracterizan el sur del país. 

En Krabi nos quedamos en el Diamond Home Resort (8€/nocheque no estaba situado en el centro de Krabi pero ofrecía transfer gratuito durante todo el día. El hotel estaba genial, tenía una piscina magnífica y los dueños eran súper amables. Incluso nos hicimos muy buenos amigos de su hijo con el que jugábamos en la piscina. Krabi tiene mucho que ofrecer así que pasamos 6 noches allí. Nuestro recién conocidos amigos brasileños decidieron unirse a nuestro plan y dedicamos los siguientes días a disfrutar la playa Ao Nang, el centro de Krabi y sus mercados y también a hacer un tour en long-tail boat a la isla de Ko Hong y otras pequeñas zonas arenosas en medio del mar para hacer snorquel. Los Long-tail boats son el medio de transporte por mar más común y barato en Krabi y podrás encontrarlos en Ao Nang a cualquier hora para llevarte a donde desees. Algunos también salen desde el pequeño muelle que hay en Krabi y el precio ronda los 5 euros.

Para contratar estas visitas basta con que des un paseo por Ao Nang, en seguida tendrás decenas de ofertas diferentes. Realmente estábamos en el paraíso, eso sí, no estábamos solos. En esta zona del país el turismo estaba multiplicado y se notaba sobre todo en las islas y en la basura que dejaban algunos por la playa.

Uno de los días decidimos alquilar un par de motos pequeñas para visitar un lago azul (Emerald Pool and Blue lagoon) del que habíamos oído hablar. Fue un poco duro porque el sol nos daba con fuerza mientras íbamos en moto y además el tráfico tailandés no te inspira mucha tranquilidad. Pero aun así el trayecto (unos 40 minutos) mereció la pena. Se trataba de una especie de balneario natural y al aire libre con piscinas en medio de los árboles, lagos y mucha vegetación. Uno de los lagos, el más azul, estaba protegido y no podías bañarte en él.


Los últimos días en Krabi decidimos pasarlos en Tonsai Beach, a la que solo puedes llegar en long-tail boat desde el muelle de Krabi. Tonsai es la versión bohemia de Railay pero puedes moverte de una otra a pie. La diferencia principal es el lujo, y por lo tanto los precios, que hay en Railay. En Tonsai nos quedamos en unas cabañas muy divertidas llamadas Chill Out Bar & Bungalow (20€/noche). En Tonsai la oferta hostelera no es tan alta ya que es un sitio muy pequeño e inaccesible pero lo que hay es suficiente para unos días. Nosotros nos quedamos 4 noches y fue una sesión de relax absoluto para despedirnos de Tailandia. Nos dedicábamos a pasear por las playas, abrir cocos y bebernos su agua, caminar hasta Railay para ver el atardecer, nadar..

Cuando volvimos a Krabi pasamos una noche más en nuestro hotel antes de volver a Bangkok para esta vez sí volar de vuelta a España. Los dueños del hotel con los que ya habíamos hecho mucha amistad decidieron llevarnos gratis al aeropuerto. Todo un detalle. Nunca los olvidaremos.





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